miércoles, 15 de mayo de 2013

Primera semana a dieta


Bueno, he querido dejar pasar unos días para poder contar algo más. 

Pasé los tres primeros días bien, me lo había esperado peor. Es verdad que las dietas con comidas artificiales son difíciles de realizar por el lado psicológico, porque en realidad no es que tengas hambre, es que te da angustia comer tan poca “comida normal”. Y cuando digo poco, es poco, vamos que lo único que se toma al día son 400 gramos de verduras, punto, todo lo demás son sobres y cosas de PRONOKAL. No se come nada más y esto, por lo menos para mí, es duro de encajar.

Voy a concretar para reflejar mejor el procedimiento: en la Fase 1 de PRONOKAL, se toman 5 sobres (desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena) y además en la comida y en la cena debes tomar verduras. Estas verduras sólo se pueden escoger de dos listas bastante restringidas que te pasa el médico el primer día (http://www.pronokal.com/clubPronokal/club/html/VERDURASPnK.jpg), de la primera puedes tomar 300 gr. y de la segunda sólo 100 gr. Luego, en la Fase 2a, se introduce proteína natural (pescado, carnes magras, marisco o huevo), puedes tomar 150 gr. de carne, dos huevos o 200 gr. de pescado o marisco, acompañando la verdura de la comida o la cena (lo que prefieras), de esta forma sólo tomarás 4 sobres. En la tercera Fase, la 2b, ya puedes tomar proteína natural en comida y cena, con lo que sólo tomas tres sobres. El paso de una fase a otra la decides con tu médico, pero en principio tendrías que perder el 60 % del peso total en la 1ª, el 20 % entre las otras dos. Luego comenzarían las otras fases dónde se van introduciendo todos los alimentos y se perdería el último 20 % (http://metodo.pronokal.com/esp/el-metodo/como-funciona/). Estas últimas fases son 6, hasta llegar a la 8 que sería el mantenimiento. Estas últimas fases son muchas, pero duran cada unos 3 ó 4 días, ya lo iremos viendo a su momento.

Una cosa que sí es alucinante es la pérdida de peso, he de reconocer que no he perdido nunca como con esta dieta (tampoco ninguna me ha costado tanto trabajo hacerla, las cosas como son). Reflejo aquí una tabla con la pérdida de esta semana:

-          Día 1: - 1,5 Kg.
-          Día 2: - 1,3 Kg.
-          Día 3: - 0,8 Kg.
-          Día 4: - 0,5 Kg.
-          Día 5: - 1,1 Kg.
-          Día 6: - 0,6 Kg.
-          Día 7: - 0,1 Kg.

Total: 5,9 Kg. en siete días, creo que me puedo dar por satisfecha. Me da miedo perder tan deprisa por lo que eso significa luego, pero bueno, confiemos en que este plan funcione…

De momento, esta es la única motivación que tengo porque aún no encuentro ningún placer en hacer la dieta. Digo esto porque, aunque a alguien le resulte extraño, con la dieta hipocalórica que hice, que era muy sana y equilibrada (verduras + proteína + fruta) superada la primera semana, entré en una especie de “nirvana” de paz y equilibrio que me tenía feliz, por eso fui capaz de aguantar tanto y terminarla, porque mi cuerpo no se rebelaba y sentía una energía enorme. Con esta dieta no siento la misma energía, aunque según leo en los foros y eso la gente dice que sí la tiene, no es mi caso, me cuesta mucho tirar de mi cuerpo durante todo el día aunque, claro está, que perder tanto peso en tan poco tiempo, debe de tener unas consecuencias (¡no vamos a tenerlo todo!)

Otra cosa que me parece un inconveniente de esta dieta y que constato una y otra vez en los foros que visito, es que es “antisocial” quiero decir, que al tener tantas restricciones para no alterar la química de los alimentos y no salir de la “cetosis” se hace prácticamente imposible salir de casa a no ser que te lleves tu  tupper. Por ejemplo, como no se pueden rehogar las verduras ni con ajo, ni con cebolla porque no están permitidos y sólo puedes tomar 20 gr. de aceite al día (una cucharada sopera)… ¿dónde te vas tú a comer con eso?? Lo único que veo que podría comerse es ensalada, sólo de lechuga y aliñártela tú midiendo las cantidades de aceite.

Total, que el balance de la primera semana es positivo desde el punto de vista de la eficacia pero negativo desde el punto de vista de la confortabilidad. 

lunes, 29 de abril de 2013

Haciendo la dieta Pronokal (día 2)

Lunes, 29 de abril de 2013

Me han dicho que hoy es el peor día.

De momento, al haber tenido que desayunar tan temprano (7.00), creo que el día se me hará más largo de la cuenta. He desayunado una tortita con “couli” de frambuesa. La tortita bien, mejor que el pan de proteínas, el “coulí” no demasiado bueno, me lo he dejado casi todo. Creo que esta tortita es mejor que el pan de proteínas, no sólo porque está menos insípida, sino porque la preparación es más fácil, ya que con una sartén antiadherente en cinco minutos la tienes lista.

He llamado a la dietista de pronokal para preguntarle si puedo comer chicles sin azucar y… no, pues no puedo. No sé qué voy a hacer con la ansiedad todo el día. Como cosa buena, me han dicho que infusiones puedo todas las que quiera, así que se me va a poner cara de china.

11.30 Barrita de coco: ugg. ¡¡Qué pena, por Dios!! Con las barritas tan buenas que yo he probado, ¿es que todo sabe a lo mismo en el Pronokal?? Es que no se remedia ni al segundo ni al tercer bocado, oye.


15.00, Me tomé unos champiñones rehogados con aceite en el que previamente había asado un poco de ajo, para darle sabor. De postre me tomé una mousse de chocolate para ver si al tomarla fría estaba mejor y tengo que decir que no, definitivamente la  mousse de chocolate no me gusta, está mejor conseguida la vainilla.

A media tarde me tomé unas galletitas con aroma de naranja y bueno, tampoco era lo que me esperaba. Todo lo que intenta suplir el hidrato de carbono tiene el mismo sabor a yeso, se puede comer pero no sabe a casi nada.

Por la noche me hago una ensalada con muchos tipos de lechuga y espárragos y me queda genial (disfruto mucho) y encima la crema de calabaza de pronokal que también está buena. De momento el surtido de sopas y cremas es lo que más me está gustando.

Pues no lo he pasado tan mal después de todo, me lo esperaba peor. No he pasado hambre física, quizás he entrado ya en eso que llaman “cetosis” y se me ha quitado. 

domingo, 28 de abril de 2013

Haciendo la dieta Pronokal (día 1)

Domingo 28 de abril de 2013

10.30 Me he decidido por el pan de proteínas para desayunar y, como consecuencia de ello, he tardado mucho, ya que además de mezclar el sobre y prepararlo tiene que hacerse en el horno de 20 a 25 minutos. Menos mal que no tenía que ir a trabajar, si no hubiera sido imposible. Mientras esperaba a que se hiciera el dichoso pan, he estado bebiendo agua, de pura hambre que tenía… prácticamente me he bebido un litro.

El pan tiene buena pinta, pero está insípido totalmente, sabe a paja, y eso que me ha cogido con muuuuucha hambre. Me lo he tomado porque era lo único que podía tomar a esas alturas. Lo malo es que tengo un paquete con SIETE, madre mía, no sé cómo voy a hacer para comérmelos todos. Espero que cuando lleve dos o tres me guste más, pero de momento no es nada apetecible. Vamos, me tomé un té para acompañarlo, y decir que disfruté más con el té es muy significativo.

Como cosa positiva resalto el hecho de que el pan me ha dado sed y me ha llevado a beberme otro vaso de agua. De esta forma tendré los dos litros antes de comer. También es positivo que el nivel de saciedad que te aporta es bueno.

13.00 Me tomo una mousse de chocolate pensando que, como el chocolate es tan fuerte, debe ser lo que mejor conseguido tienen... pero sigue teniendo el sabor insípido característico de estas cosas. Deja la sensación de que falta algo para que esté bueno realmente. Espero que esto también termine gustándome, porque si no... mala solución tiene.

Al medio día me comí una ensalada y un batido con sabor a yogur de fresa y no estuvo tan mal. De momento es lo que más me ha gustado.

A las dos horas tenía ya un hambre espantosa y me tomé una mousse de vainilla. La encontré más rica que la de chocolate, pero igual también era porque esta vez estaba refrigerada. Ya lo probaré mañana.

Para cenar, me hice un plato de calabacines a la plancha y me resultó muy difícil no contar con el sofrito de cebolla y ajo que siempre utilizo, así que lo hice y luego quité los ajos y la cebolla y se quedó el regustillo. De esta forma estaba bastante bueno. Luego me tomé una crema de champiñones que supone la mejor opción de las cinco que he probado hoy. No estaba mal. Me acosté dos horas después, con mucha hambre, pero decidida a hacerlo todo bien.

sábado, 27 de abril de 2013

Otra vez a dieta: mañana empiezo con el Pronokal

Mayo del año pasado fue el punto sin retorno de mi vida. Una fiera más furiosa que nunca hizo estragos en mí en mi último embarazo y llegué a acumular más kilos que nunca. Tenía un Índice de Masa Corporal (IMC) del 34 ó 35, es decir obesidad tipo II.

Estaba desesperada porque nunca había estado así, y realmente se pierde todo tipo de flexibilidad, agilidad o algo que se le parezca. Tan agobiada estaba que quería hacer lo que fuera para poder perderlo, pero no sabía qué, así que empecé con unos batidos de última generación que prometían 15 kilos en un mes. Me hice un mes estricto y perdí 11 kilos, no estaba mal, pero con todo lo que a mí me sobraba estaba superdesmotivada así que lo dejé para buscar otra cosa.

Estuve con dieta hipocalórica hasta que bajé los kilos que me sobraban y llegué a un IMC del 22.5, que está genial. Peeeero, llegaron las Navidades y toda esa exposición de dulces y descontrol a la par que vuelven loca a una persona sin problemas, cuanto más a mí.

Desde entonces hasta ahora, no soy capaz de mantener lo que conseguí. Pero me niego a engordarlo todo otra vez, así que me he puesto en manos del PRONOKAL para intentar corregir lo ya puesto, pues he vuelto al sobrepeso con un IMC del 27. Con ello espero poder bajar lo puesto desde las Navidades antes del verano y, como ellos dicen que hacen mucho hincapié en un mantenimiento donde te introducen los alimentos poco a poco, a ver si esta vez consigo que mi fiera interior no se vuelva demasiado loca.

Ya que estoy, voy a escribir una especie de diario de mi día a día con el Pronokal, para compartir mi experiencia y para poder evaluar con posterioridad esta dieta de forma adecuada.

domingo, 21 de abril de 2013

De dieta en dieta, y tiro porque me toca

Hola, me llamo Magdalena, tengo 40 años y siempre he sido una persona tendente al sobrepeso.

Fui un bebé de los que las abuelas llaman "hermosos" y las madres se encargan de inflar a base de harinas varias y, después, con las famosas 4P (pan, pasta, patatas y pasteles), para luego quizás competir con otras madres de bebés delgaditos que "dan pena". A veces, cuando veo las fotos de mi niñez, me extraña que sólo tuviera sobrepeso, pues comiendo de la manera en que lo hacía, bien podría haber sido una niña obesa de los tipos más altos.

Soy una persona muy nerviosa y eso quizás me ayudaba a quemar parte de lo mucho y lo mal que comía. Pero esto fue también un arma de doble filo, pues me acostumbré a utilizar la comida como ansiolítico y eso, más pronto que tarde, fue el desencadenante de una adicción de por vida. Digamos pues que, una vez que se ha creado a la fiera, es imposible abatirla y sólo se puede aspirar a ponerle una mordaza y encerrarla en el zulo más alejado de la tierra para que no salga a confundirte la vida. El que tenga un problema de estos, sabe a lo que me refiero y lo difícil que es vivir con esta fiera. Prácticamente tu vida la puedes resumir entre los periodos en los que estás a dieta y los que no lo estás.

Mi primera dieta la comencé con 13 años. Entonces no se podía decir objetivamente que estuviera gorda, pues tras el desarrollo y el famoso estirón me quedé muy proporcionada, pero aún así, yo quería más. Las dietas que se hacían entonces son las más ridículas que uno puede encontrarse, y yo hice miles de ellas. Puedo recordar por ejemplo una que era: el lunes a naranja, el martes a pollo, el miércoles a pescado y el jueves a yogur.

He hecho muchas dietas en solitario, como la de las azafatas de la TWA o la de la clínica MAYO, y prácticamente todas las que alguien te pasaba en un papel fotocopiado y tú ponías en la nevera y te metías en faena. He de decir que suelo ser de las que terminan la dieta, no de las que la rompen al primer día (sin embargo, a estas alturas, no sabría decir qué actitud es más sana mentalmente hablando). También he realizado innumerables dietas con endocrinos y seguido todos los programas conocidos tipo NATURHOUSE, MONTIGNAC o WEIGHTWATCHERS.

Me considero una "usuaria experta" en cuestión de dietas y he de decir que todas funcionan.

No entro en si unas son más sanas que otras nutricionalmente hablando, simplemente digo que, si las haces bien, adelgazas seguro. Entonces... ¿cuál es el problema? El gran problema viene después, cuando necesariamente tienes que abandonar la dieta porque has llegado al peso que te propusiste. Entonces, una fiera desatada y loca por el maltrato al que ha sido sometida durante meses, se adueña de ti y, sencillamente, no puedes parar de comer. Empiezas a controlarte el lunes por la mañana y, al medio día, ya lo has dejado por imposible. Retomas el miércoles y, si lo consigues, recaes el jueves y el viernes. Pasa una semana y te juras y perjuras que a la siguiente no abres la boca más que para respirar, pero vuelves a fracasar… y así, hasta que recuperas lo perdido en un tiempo record y, si estás de suerte, te llevas unos cuantos kilitos de propina. En ese preciso período me encuentro a día de hoy... y sigo teniendo la ilusión de ganar la batalla esta vez.